Entrenar a un perro de deporte es como construir una casa. Primero, se deben construir los cimientos; después, el primer piso; luego, el segundo piso y, finalmente, el techo. Yo utilizo un sistema de entrenamiento progresivo por dos motivos principales. El primero es que solo hago trabajar más al perro cuando está preparado. El segundo, es que siempre tengo un plan alternativo cuando un perro comete algún error. Mientras más fuerte sea la base, mejor evolucionará el perro. Sucede lo mismo que con una casa.

Las bases progresivas son realmente importantes para los cachorros y los perros jóvenes, ya que les permiten aprender de forma eficaz. Participar en un programa de entrenamiento formal de forma regular permite que los perros sin experiencia aprendan lo que se espera de ellos. Los ayuda a ganar confianza, y, de esa confianza, surge el deseo de cazar. Los perros con confianza son valientes. Se muestran en estado de alerta y listos para trabajar. Los programas de entrenamiento inconsistentes no preparan a un perro para los siguientes pasos. Tener un perro con una mentalidad fuerte es la clave para lograr un rendimiento excepcional en el campo.

El enfoque que propongo consta de cinco pasos. A los cachorros les gusta divertirse, así que, durante el periodo inicial, todo es acerca del disfrute. Todo se convierte en un juego y mi objetivo es establecer un vínculo con el cachorro. La mayor parte de la comunicación con ellos es no verbal, ya que quiero que disfruten pasar tiempo conmigo. Esto los prepara para el resto de los pasos que siguen.

Entrenamiento con correa

Empiezo a trabajar con los perros con una soga de 1 a 2 metros. Los dejo que tiren de la misma para que se acostumbren, ya que con el tiempo se convertirá en una cuerda de control. Me concentro en llevarlos a un lugar en el que aprendan a buscar y encontrar. Pueden buscar un juguete u otro dispositivo de entrenamiento. Lo importante es que aprendan a realizar la tarea que se les indica, que, en definitiva, es buscar y encontrar un pájaro de caza.

Acompañame

Todos los perros son diferentes, pero, entre los cuatro y los seis meses, pasaré a una cuerda de control de 3 metros. Usaré esa cuerda para dirigir a los perros de modo que sigan un patrón de zigzag. Esa es la introducción para enseñarles a buscar, y la cuerda de control me permite cambiar de dirección y enseñarles a moverse hacia adelante y hacia atrás. Empiezo con zonas pequeñas y limitadas, de pastos cortos, para que se sientan cómodos con el entorno. La combinación les enseña cómo y en qué dirección quiero que corran. Necesitarán ambas habilidades durante su carrera. Y en lugar de dejarlos correr por su cuenta, los hago trabajar en un recorrido concreto. Esta sección, en realidad, es una extensión del juego que hicimos con la cuerda corta. Es decir, sigue las bases que ya establecimos.

Junto

Los perros jóvenes se sobreestimulan con facilidad. Los olores, el pasto y aprender a cambiar de dirección los estimula. Cada una de esas condiciones los hace querer moverse con más fuerza y más velocidad. En este punto, tengo que hacer una corrección. Para ello, les enseño el comando "junto". Enseñarles a los perros sobreestimulados el comado "junto" me permite controlarlos de nuevo sin tener que castigarlos. A partir de esa corrección, se produce la concentración mental, la cual es necesaria más adelante, al momento de introducir los pájaros vivos. Los perros necesitan saber qué pueden hacer y qué no. Mediante las correcciones, aprenden a hacer lo que les pido.

Cambio de ritmo

La velocidad y el ritmo cambian durante la temporada. Me moveré con rapidez por los lugares con pastos bajos que no tengan aves, para llegar a los lugares donde pueda encontrarlas. Una vez que llegue a los lugares adecuados, voy a reducir el ritmo. Quiero que los perros recorran las áreas de forma minuciosa y consciente. Cuando entreno a perros jóvenes, cambio el ritmo acelerando y desacelerando. También cambio de dirección y avanzo haciendo zigzag por el campo. Esos cambios de velocidad y dirección hacen que el perro se enfoque en mí y en el trabajo que debe hacer, de modo que logremos un equilibrio juntos.

Incorporar distracciones

A medida que los perros crecen y maduran, se deben incorporar distracciones al entrenamiento. A veces, llevo a otras personas a los recorridos. En otras ocasiones, incorporo el estallido de una pistola de salida. Cada una de estas experiencias nuevas es similar a una situación de temporada. Si el perro pierde la confianza o la concentración, perderá el control. Lo bueno de un enfoque de desarrollo de base progresivo es que, cuando un perro deja de seguirme, puedo volver al momento en el que el entrenamiento iba realmente bien. Entonces, puedo retomar a partir de allí. A los ocho meses de edad, los cachorros son obedientes, se manejan bien y son estables. El trabajo final llega más tarde, pero las bases ya se establecieron. Los perros seguros y enfocados siempre buscan dar el siguiente paso, y, cuando están preparados, les permito avanzar.