Según el American Kennel Club, los "perros de trabajo" son aquellos que están entrenados para realizar tareas prácticas o ayudar a sus entrenadores a llevar a cabo un trabajo importante. Los perros de trabajo aprenden rápido, están alertas y son fuertes; pueden vigilar propiedades, tirar de trineos, cazar, llevar a cabo misiones de rescate o ayudar en la primera línea junto a militares o policías (los perros pastores también se incluyen en la categoría más amplia de "perros de trabajo"). Entre las razas populares de perros de trabajo se incluyen el Ovejero Alemán, Malinois, Dóberman, Husky Siberiano y Gran Danés. A todos se los conoce por su tamaño y fuerza.

Lo más probable es que no tengas la intención de entrenar a tu perro para que te ayude a buscar a personas desaparecidas o a atrapar a delincuentes (aunque habría que felicitarte si lo hacés). Sin embargo, con un poco de paciencia y mucha práctica, podés entrenar a tu perro para que haga búsquedas básicas y otras tareas.

El primer paso para entrenar a tu perro de forma exitosa es establecer un vínculo de confianza. Es importante que tu perro te respete y quiera complacerte. Un ejercicio sencillo que podés hacer es esconder comida o premios para que tu perro los busque y aumentar la complejidad y la dificultad de forma gradual a medida que esta habilidad se desarrolle (por ejemplo, usando una camisa que tenga tu olor). Recompensá a tu perro cuando termine una búsqueda con premios, juguetes o elogios y sé constante con el entrenamiento, aunque solo sea por diversión.